Presentación
Leer pdfLa poesía siempre ha sido un lugar para imaginar el mundo, construir nuevos lenguajes y confrontar el tiempo en que vivimos. Desde tiempos remotos, los poetas han sido la voz de la tribu, han buscado diversas maneras de hablar sobre sucesos cotidianos y fenómenos naturales. La crisis ecológica que estamos viviendo es asunto también de lo poético. Las épocas encuentran una expresión muy viva en la poesía; quizás aquello que dijo Pascal, “el eterno silencio de los espacios infinitos me aterra”,1 nos pertenece a todos.
El poeta es un peregrino terrestre, reclama acercarse a la luz original, a lo atemporal que consume sus días y lo hace ocuparse de las cosas como son, ya sea en abismos inescrutables, en parajes interiores, en dominios inimaginables o en lo más insólito y desconocido donde pueda habitar a través de su palabra. Su pasión es descubrir nuevos territorios en la página.
Desde hace tres años, la Cátedra Extraordinaria Octavio Paz del Colegio de San Ildefonso organiza el encuentro Poesía y Naturaleza: mundos posibles, un espacio de reflexión de prácticas no antropocéntricas que nos lleven a pensar nuestra relación con la Tierra y sus metáforas. Cada año, poetas, científicos, académicos y artistas de diversas disciplinas confluyen para imaginar un mundo más justo.
El dinamismo como extensión del pensamiento, la potencia que encarna una mirada profunda al medio ambiente nos conducen a otras rutas de cuidado y preservación, de asombro y atención urgente a nuestro planeta. Las aproximaciones a la naturaleza de cada participante son un intento por crear una actitud de mayor responsabilidad y ética frente a otros seres. Rilke escribió en Cartas a un joven poeta: “El creador debe ser todo un universo para sí mismo, hallar todo en sí y en el fragmento de Naturaleza a la que él está unido”.2
Los poetas que aquí presentamos pertenecen a diversas tradiciones y lenguas: Adam Dickinson, Alessio Brandolini, Iryna Shuvalova, Jean Portante y Zoë Skoulding. Sus diferencias no son únicamente lingüísticas o sintácticas, sino poéticas y vivenciales, lo que conlleva lo ancestral, lo mitológico, el cuerpo y sus metáforas y la supervivencia en tiempos de guerra. La naturaleza, para ellos, abarca desde lo corporal como laboratorio, hasta el vínculo con otros seres en su diario vivir y en sus diversas circunstancias. Los poetas descubren e imaginan otras realidades, sitios posibles donde se dé lugar, a partir de la naturaleza, a lo político, lo social, lo terrestre y lo divino, en el entendimiento de que la Tierra es un hogar compartido con los otros, humanos y no humanos.
Cada uno de estos autores tiene inclinaciones y miradas distintas, pero todos confluyen en enfocar la atención más allá de nosotros y dirigirla al mundo que nos rodea.
Imagen de portada: Jan Hendrix, Fragmento de The Rise of the Earth’s Shadow at Sunset Seen from the Pic du Midi, 1984.