Rutas vegetales

Éxodos / dossier / Febrero de 2018

Mir Rodríguez Lombardo

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La historia natural de las plantas útiles y la historia profunda de los pueblos que las utilizan están entretejidas estrechamente. Estas historias comienzan en el lugar de origen de estas plantas, seguido del descubrimiento de la gente que las empieza a usar como alimento, material de construcción o medicina. Los pueblos le dan un nombre a estas plantas, o a sus distintas partes y el rumor de su existencia y de su utilidad empieza a propagarse a través de mares, ríos y montañas de la mano de exploradores, mercaderes y migrantes. Durante milenios, las plantas han sido cultivadas intencional o accidentalmente, seleccionadas y combinadas; aún hoy continúan moviéndose entre continentes. Tratar de dilucidar estos orígenes requiere del trabajo de múltiples disciplinas. Las crónicas escritas nos pueden dar información sobre la historia más reciente y los relatos orales también aportan claves importantes, pero para trazar sus diferentes recorridos, hace falta recurrir a la arqueología, la lingüística y la genética.

Wakoku hyakujo, publicado en Japón en 1695, que muestra a mujeres preparando fibras de cáñamo

Los frutos blandos y tallos herbáceos de algunas de estas plantas no dejan restos obvios, pero con técnicas avanzadas de arqueología es posible seguirles el rastro. Usando microscopios poderosos los científicos pueden buscar restos de polen y los pequeñísimos fitolitos, organelos duros de formas únicas. Comparando el ADN de las variedades usadas en distintos lugares se arman árboles genealógicos. Las plantas cultivadas viajan con su nombre, y cuando son innovadoras, el nombre se conserva. A partir de las transformaciones de estos nombres los lingüistas pueden hacer un recorrido hacia atrás en el tiempo y reconstituir los caminos que los cultivos fueron siguiendo con el fin de determinar los sitios de domesticación, cultivo, comercio y uso. A medida que se va armando el complejísimo rompecabezas podemos adivinar el itinerario de las plantas, y asimismo las expansiones, los éxodos, las transformaciones ecológicas de regiones enteras, la existencia de pueblos desaparecidos, las colonizaciones de tierras deshabitadas, las tecnologías, las relaciones entre la gente y con los animales, en fin, la historia profunda de la humanidad. Éste es un campo muy activo de la ciencia y por lo tanto lleno de hipótesis, opiniones y debates, donde hallazgos en sitios arqueológicos sin explorar y nuevas lecturas de viejos escritos históricos pueden alterar de un momento a otro lo que ya se creía dilucidado. Aquí hemos elegido tres plantas (cannabis, plátano y camote) que cambiaron la historia de la humanidad para relatar algo de lo que sabemos sobre sus recorridos.

Cannabis

Cannabis sp. Es probablemente una de las plantas domesticadas más antiguas de nuestra historia. Sus fibras largas y fuertes, sus semillas grandes, aceitosas y nutritivas, así como sus resinas perfumadas con efectos psicotrópicos y medicinales, la convierten en una planta sumamente útil. Desde tiempos prehistóricos ha sido seguidora de campamentos nómadas, brotando espontáneamente en las pilas de desechos, orillas de los caminos y claros abiertos por los humanos. Origen: Asia Central, cultivado hace 12,000 años. Domesticación: China y Europa Oriental. Dispersión: Pueblo Yamnaya, que habitó el norte del Mar Negro entre 5,500 y 4,500 años antes del presente (AP) y emigró hacia occidente; pueblo Escita, guerreros nómadas de las estepas entre 2,800 y 2,100 años atrás y la llevaron a Medio Oriente y al sur de Rusia; la Ruta de la Seda, desde el año 2,000 AP; a través de los imperios romano y árabe; comerciantes árabes la llevaron por el este al sur de África hacia el siglo XII; a España llegó con los moros en el siglo VIII; en el siglo XVI llegó con los africanos esclavizados y colonos portugueses a Brasil, con los españoles a Chile, con el ejército de Hernán Cortés a México, y con los colonos ingleses a Estados Unidos.

Plátano

Musa × paradisiaca Junto con el maíz, el arroz y el trigo es de suma importancia para la alimentación mundial. Si bien es un producto comercializado a gran escala, el 85% del plátano cultivado en el planeta es para consumo local. La raíz lingüística del nombre del plátano en Nueva Guinea, “*muka”, se puede rastrear hasta la palabra “musa” con la que se designa la fruta en latín. Existen variedades de postre, para cocinar y para hacer cerveza. Los usos de las diferentes partes de la planta son innumerables. Antes de consumir la fruta se le dieron otros usos: alimentar animales, fabricar medicinas, envolver alimentos, construir refugios, sogas, textiles y papel. También se utilizó con fines mágicos y ceremoniales. La dispersión del plátano a través del Océano Índico revela la existencia de redes de exploración, migración y comercio de al menos 2,500 años de antigüedad. Origen: Nueva Guinea, hace 7,000 años. Domesticación: Muy compleja, con hibridación entre varias especies del género Musa, ocurrió en distintos momentos en Melanesia, Asia suroriental y África. Dispersión: En Asia del sur y suroriental 4,000 años antes del presente; hacia Java, Indonesia, 3,500 años AP; hacia África 3,000 años AP; fuentes históricas sugieren la dispersión a América a través de la Isla de Pascua antes de la llegada de los europeos, pero aún no existe evidencia arqueológica. Los portugueses la llevaron a las Islas Canarias en el siglo XV y los españoles a América en el siglo XVI.

Camote

Ipomoea batatas Esta planta de origen americano constituye la mejor prueba de que existieron contactos precolombinos entre los habitantes de Polinesia y Sudamérica, pues sabemos, con base en evidencias etnobotánicas, arqueológicas y lingüísticas, que estaba dispersa entre los pueblos del Pacífico miles de años antes de la llegada de Colón al Caribe. Origen y domesticación: América tropical. Dispersión: Viajeros polinesios la llevaron desde la costa oeste de Sudamérica hace unos 3,000 años, hacia Hawái, la Isla de Pascua y Nueva Zelanda; en el siglo XVI los galeones españoles la transportaron desde Mesoamérica hasta Filipinas y los portugueses a Indonesia; a Europa llegó también en ese siglo.

FUENTES: Robert Langdon, “The banana as a key to early American and Polynesian history”, en The Journal of Pacific History, número 28-1, 1993, pp. 15-35. Xavier Perrier et al., “Multidisciplinary perspectives on banana (Musa spp.) domestication”, en PNAS, número 108-28, 2011, pp. 11311-11318. Brian M. Du Toit, “Dagga: the history and ethnographic setting of Cannabis sativa in Southern Africa”, en Vera Rubin (ed.), Cannabis and Culture, Mouton Publishers, La Haya, 1975, pp. 81-118. Barney Warf, “High points: An historical geography of cannabis”, en Geographical Review, número 104-4, 2014, pp. 414-438. Tenweng Long et al., “Cannabis in Eurasia: origin of human use and Bronze Age trans-continental connections”, en Vegetation History and Archaeobotany, número 26-2, 2017, pp. 245-258. Caroline Roullier et al., “Historical collections reveal patterns of diffusion of sweet potato in Oceania obscured by modern plant movements and recombination” en PNAS, número 110-6, 2013, pp. 2205-2210. Roger Blench, “Things your classics master never told you: a borrowing from Trans New Guinea languages into Latin”, 2017.