periódicas Bibliotecas NOV.2025

Olimpia Guevara Hernández

Breve biografía de Miguel N. Lira

Miguel N. Lira (Miguel Nicolás Lira Álvarez) nació el 14 de octubre de 1905 en la ciudad de Tlaxcala y murió el 26 de febrero de 1961 en la misma localidad. Abogado de profesión, escribió poesía, corrido, cuento, novela, teatro y ensayo. Se dedicó al periodismo y realizó una incansable labor editorial y de promoción cultural en la capital del país, donde residió de 1919 a 1951, así como en su estado natal. Fue un escritor prolífico de profundo arraigo y amor por su tierra, que inspiró, junto con la Revolución y la infancia, su literatura.

​ Entre sus obras de mayor reconocimiento están las novelas La Escondida (1947), llevada al cine, y Una mujer en soledad (1956); los poemarios México-pregón (1933) y Corrido de Domingo Arenas (1932); los dramas Vuelta a la tierra (1938), Carlota de México (1941) y La muñeca pastillita (1942), ejemplo de su literatura infantil, además de los libros de texto Mi caballito blanco (1943) y Mis juguetes y yo (1945), ambos en coautoría.

​ Como editor, volcó su fineza tipográfica trabajando con “La Caprichosa” y su Chandler en la revista Fábula (1934), producida en colaboración con Alejandro Gómez Arias, y en Huytlale. Correo amistoso, fundada con Crisanto Cuéllar Abaroa e inspirada en el Correo literario de Monterrey de Alfonso Reyes.

​ Asimismo, fundó la Imprenta Universitaria de la UNAM, donde se publicaba la Revista de la Universidad de México. En la SEP, cuando estuvo al frente del Departamento de Publicidad y Propaganda, concibió la colección Biblioteca de Chapulín, reeditada por la UNAM en 2024. Su editorial Fábula, por otra parte, fue pie de imprenta para autores mexicanos, hispanoamericanos, españoles transterrados y para sus propias obras.

​ Lira convivió con grupos literarios sin integrarse a ninguno, aunque firmó el segundo manifiesto estridentista. Fue miembro, en cambio, de la Compañía de Teatro de México A. C. y del Consejo Técnico Cultural del Espectáculo. Sin embargo, “Los Cachuchas” —sus compañeros preparatorianos, entre ellos Frida Kahlo— fueron su verdadero círculo: con ellos asumió el nacionalismo, luchó por la autonomía universitaria, se comprometió con el arte y vivió una amistad entrañable.

​ Recibió varios premios y reconocimientos: en 1955, por ejemplo, la Academia Mexicana de la Lengua lo designó miembro correspondiente. Un año después, en contraste con esa distinción, su pretensión de ser gobernador de Tlaxcala le costó el exilio a Tapachula, Chiapas. Años después de su muerte, en el centenario de su natalicio, su estado natal lo declaró Benemérito de Tlaxcala y, en 2006, se inauguró el Museo Miguel N. Lira en esa entidad.

​ A ciento veinte años, los acordes lirianos renacen nítidos.

Imagen de portada: Fotografía tomada de la Biblioteca de El Chapulín de la Biblioteca Nacional de México.