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Futbol / dossier / Noviembre de 2022

Antonio Deltoro

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Entre la multitud que se agita como un bosque encantado,

libres del deber, por el gusto del pasto, en la delicia de ver [rodar,

de sentir cómo nace del pie la precisión que en la vida [normal le arrebató la mano,

estamos reunidos hoy en este campo donde no crece ni la [cebada ni el trigo; somos el coro que lamenta y que festeja, el suspiro que acompaña al balón cuando pasa de largo y [el grito entre las redes. Nació la pelota con una piedra o con la vejiga hinchada de [una presa abatida. No la inventó un anciano, ni una mujer, ni un niño: la inventó la tribu en la celebración, en el descanso, en el [claro del bosque. Contra el hacer, contra la dictadura de la mano, yo canto al pie emancipado por el balón y el césped, al pie que se despierta de su servil letargo, a la pierna artesana que vestida de gala va de fiesta, al corazón del pie, a su cabeza, a su vuelo aliado de [Mercurio, a su naturaleza liberada del tubérculo: a cada hueso de los dos pies, a sus diez dedos que atrapan habilidades hace milenios olvidadas en las [ramas de los árboles. Yo canto a los pies que fatigados de trabajar las sierras [llegaron al llano e inventaron el fútbol.



Ángel Zárraga, *Joven futbolista*, 1926Ángel Zárraga, Joven futbolista, 1926

Antonio Deltoro, Los días descalzos [1992], en Poesía reunida (1979-2014), Visor, Madrid, 2015, pp. 153-154. Se reproduce con el permiso del autor.

Imagen de portada: Ángel Zárraga, Joven futbolista, 1926