Manifiesto populista

Lawrence Ferlinghetti

Contracultura / dossier / Marzo de 2021

Lawrence Ferlinghetti

Traducción de: Eduardo Hidalgo

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Para Poetas, con Amor

Poetas, salgan de sus clósets, Abran sus ventanas, abran sus puertas, Ustedes han estado encerrados mucho tiempo en sus mundos inaccesibles. Bajen, bajen de Russian Hills y Telegraph Hills, de Beacon Hills y de Chapel Hills, de Mount Analogue y de Montparnasse, bajen de sus colinas y montañas, de sus tipis y sus domos. Los árboles siguen cayendo y no iremos más a los bosques. No hay tiempo para sentarse en ellos Mientras el hombre queme su propia casa para asar un cerdo. No más cantos Hare Krishna mientras arda Roma. San Francisco está en llamas, la Moscú de Mayakovsky está quemando los combustibles fósiles de la vida. La Noche y el Caballo se aproximan comen luz, calor y energía, y las nubes tienen pantalones. No hay tiempo para que el artista se esconda abajo, más allá, detrás de cámaras, indiferente, cortándose las uñas, purificándose de la existencia. No hay tiempo para nuestros jueguitos literarios, no hay tiempo para nuestras paranoias e hipocondrías, no hay tiempo para el miedo y el odio sólo hay tiempo para la luz y el amor. Hemos visto las mejores mentes de nuestra generación destruidas por el tedio en recitales de poesía. La Poesía no es una sociedad secreta, Ella tampoco es un templo. Las palabras secretas y los cantos ya no sirven. La hora del om ha terminado, es hora de que venga el fervor, hora del fervor y el gozo porque se acerca el final de la civilización industrial nociva para la tierra y el Hombre. Es Tiempo de mirar hacia afuera en posición de loto con los ojos bien abiertos, Tiempo de abrir la boca con un nuevo discurso abierto, tiempo de comunicarse con todos los seres sensibles, Todos ustedes “Poetas de las Ciudades” que cuelgan en paredes de museos, como yo, Todos ustedes poetas de poetas que escriben poesía acerca de la poesía, Todos ustedes poetas de talleres de poesía en el culo de América, Todos ustedes Ezra Pounds amaestrados, Todos ustedes poetas excéntricos asustados en pedazos, Todos ustedes creadores pretensados de poesía Concreta, Todos ustedes poetas cunnilingües, Todos ustedes poetas de baño público que alzan la voz con grafitis, Todos ustedes swingers del tren que nunca se mecen en abedules, Todos ustedes maestros del haikú de aserradero en las Siberias de América, Todos ustedes irrealistas sin ojos, Todos ustedes supersurrealistas ocultos, Todos ustedes visionarios de recámara y propagandistas de clóset Todos ustedes poetas grouchomarxistas y Camaradas de la clase ociosa que descansan todo el día y hablan sobre el proletariado y la clase trabajadora, Todos ustedes anarquistas Católicos de la poesía, Todos ustedes poetas de Black Mountain Todos ustedes Brahmins bucólicos de Boston y Bolinas Todas ustedes madres guardianas de la poesía, Todos ustedes hermanos zen de la poesía, Todos ustedes amantes suicidas de la poesía, Todos ustedes profesores peludos de la poésie, Todos ustedes críticos de poesía que beben la sangre del poeta, –Todos ustedes Policías de la Poesía– Dónde están los hijos salvajes de Whitman, donde las grandes voces hablan en voz alta con un sentido de dulzura y sublimidad, dónde la nueva gran visión, la gran cosmovisión, el gigantesco canto profético de la tierra inmensa y todo lo que en ella canta –Y nuestra relación con ella– Poetas, desciendan a la calle del mundo una vez más Y abran la mente y los ojos hacia el viejo deleite visual, Aclaren gargantas y eleven la voz, La poesía ha muerto, viva la poesía de ojos terribles y fuerza de búfalo. No esperen la Revolución o sucederá sin ustedes. Dejen de murmurar y eleven la voz con una nueva poesía abierta con una nueva “superficie pública” racional con otros niveles subjetivos u otros niveles subversivos, un diapasón en el oído interno para golpear bajo la superficie. Tu dulce y propio Ser aún canta –pero pronuncia “la palabra como un todo”– La poesía, transporte común para el desplazamiento del público a lugares más altos a donde otras llantas no llegan. Aún cae poesía del cielo a nuestras calles aún abiertas. No han levantado las barricadas todavía, las calles, con rostros, siguen vivas, hombres y mujeres encantadores aún caminan por ahí, aún hay hermosas criaturas por todos lados, en los ojos de todos el secreto de todos sigue enterrado ahí, Los hijos salvajes de Whitman todavía duermen ahí, Despierten y caminen en el aire libre.

Junio, 1975.

Imagen de portada: Thomas Hawk, The Angels and the Devils of San Francisco, 2005 [CC]