El gran experimento

Utopías y distopías / dossier / Noviembre de 2018

Alberto Chimal

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  1. La inmigración fue oficialmente prohibida en un gran número de países, en su mayoría desarrollados. Eso ocurrió primero.
  2. Hasta después comenzaron las ejecuciones sumarias en las fronteras, las costas y (en algunos casos) los campos de internamiento y reeducación establecidos dentro de esos países.
  3. Los políticos que defendían tales medidas hacían referencia al hecho real de que había más poblaciones desplazadas que nunca antes.
  4. Todos lo explicaban, sin embargo, de manera estridente y con base en mentiras populares, enunciadas con palabras clave muy conocidas.
  5. Aquéllos (decían) eran invasores, poco más que animales, seres perversos y empeñados en el mal, hordas empeñadas en destruir la cultura, los valores, las tradiciones y la pureza de los países en los que trataban de ingresar.
  6. Muchos morían ahogados en el mar, de sed y hambre en desiertos y zonas agrestes, ajusticiados en sus tierras de origen, que con frecuencia estaban en guerra civil o tomadas por gobiernos extremistas, caciques o cárteles.
  7. No se hablaba de las causas de la inestabilidad de tantos lugares en el mundo, y sobre todo en países atrasados, a la merced de otros con mayores ventajas.
  8. Muchas personas evitaban discutir esos temas, o cualquier otro. Era difícil, si no imposible, hacerlo sin apasionamiento, violencia verbal o física.
  9. Grandes masas, educadas en las redes sociales, eran incapaces de renunciar ni criticar siquiera las convicciones de su tribu, y dialogar con ellas era imposible.
  10. Aparte, los sistemas de crédito social —mediante los que los diversos Estados controlaban a sus poblaciones— penalizaban las discusiones sobre temas considerados “controversiales”.
  11. Capaces de vigilar las redes, los espacios públicos y casi todos los espacios privados, estos sistemas podían detectar, por ejemplo, referencias directas o veladas al cambio climático.
  12. Detectar ciertos términos en el discurso oral era más difícil que leerlos de publicaciones en línea o mensajes personales, pero no era imposible. Una vez que el sistema encontraba frases consideradas impropias, quien las hubiera dicho o escrito recibía una penalización.
  13. Todo era parte del Gran Experimento.
  14. Las penalizaciones podían ir desde pagar sobretasas en compras cotidianas hasta perder el derecho de realizar ciertas acciones, como ingresar en un hospital, inscribir a los hijos en una escuela u obtener ayuda legal.
  15. También eran penalizados quienes actuaban o se expresaban en contra del gobierno o cualquier otro de los poderes fácticos.
  16. También eran penalizados quienes se desviaban del pensamiento considerado oficial o extraoficialmente “correcto” en un país, acerca de una gran variedad de asuntos.
  17. Así se defendían las diferentes religiones, por ejemplo, y diversas restricciones sexuales, sociales y económicas, especialmente para mujeres y pobres.
  18. Oficialmente, no había alteración en la temperatura de la atmósfera ni en los patrones del clima. Aquello era una campaña de desinformación organizada por un grupo o país enemigo. Aunque el enemigo variaba, esto sucedía prácticamente en el mundo entero.
  19. Los dueños de empresas extractivas y manufactureras eran parte importante de la casta superior en todas partes. Forzados a modificar sus procedimientos para arrojar menos contaminantes a la atmósfera, hubieran ganado mucho menos dinero del que percibían cada año.
  20. El aumento de nivel de los mares y la desaparición paulatina de las capas de hielo en los polos, entre otras alteraciones a veces catastróficas, se tenían como algo normal o se negaban de plano.
  21. Salvo las excepciones invariablemente castigadas, las personas —educadas para distraerse con las numerosas opciones siempre a su alcance— no consideraban importante el asunto.
  22. De hecho, millones de personas vivieron y murieron sin haber oído siquiera de él en las décadas de lo que posteriormente se conoció como la Avanzada.
  23. Las ciudades y pueblos costeros que se inundaban obligaban a sus pobladores a dejar sus hogares.
  24. También comenzaron a hacerlo quienes vivían cerca de tierras o ríos envenenados, o quienes eran víctimas de la desertificación de sus tierras, que se volvían improductivas y en muchos casos inhabitables.
  25. La presión interna, agregada a la de los refugiados y migrantes que (pese a todo) seguían intentando escapar de la violencia en sus lugares de origen, tardó décadas en volverse insostenible.
  26. Pero, finalmente, se volvió insostenible.
  27. Junto con el control social, las campañas de desinformación eran eficaces para desviar la atención de las causas verdaderas por las que productos y servicios se encarecían, escaseaban y se deterioraban.
  28. Varios países promulgaron leyes de segregación racial, sexual o religiosa, y otras limitaciones de derechos civiles, a partir de historias falsas acerca de enemigos ya no externos, sino internos.
  29. En otras ocasiones, se hicieron procesos muy publicitados contra miembros escogidos de la clase empresarial o política, que eran devueltos a su situación de privilegio en cuanto sus casos pasaban de moda.
  30. La mayor parte de los líderes mundiales, figuras del espectáculo por encima de todo, se volvieron aún más queridos por sus partidarios y sus valedores en los primeros años tras de que la catástrofe se hiciera evidente.
  31. A unos y otros los unía la misma versión perfeccionada de la demagogia de siglos anteriores: ofrecer un blanco, un grupo al que culpar de los problemas, y castigarlo pública y cruelmente, para fomentar la unidad en el odio y el miedo.
  32. Nadie describía de esa manera ningún sistema de gobierno. Pero tampoco nadie hablaba del Gran Experimento.
  33. La peor temporada de tormentas y huracanes registrada en la Historia humana culminó con millones de muertes y decenas de islas sumergidas.
  34. Ya no era posible negar que patrones del clima, alterados desde décadas antes, se habían vuelto erráticos hasta el punto de resultar impredecibles, además de sumamente violentos.
  35. Casi todos los medios y gobernantes siguieron negando que pasara nada anormal, pero diferentes grupos de especialistas e influyentes comenzaron a reunirse en secreto para buscar una solución.
  36. La solución debía dejar intactos los privilegios ya establecidos de empresarios, políticos y demás personas importantes.
  37. La solución no debía perturbar ninguna fe ni convicción tribal de ningún país, incluyendo aquellas que partían de pensamiento religioso o mágico y negaban la validez de las ciencias.
  38. Una gran extinción masiva de especies tenía lugar por todo el planeta.
  39. Grandes porciones del Amazonas y otras áreas selváticas se secaban.
  40. Grandes planicies en Asia, Europa, África, Oceanía y América eran devastadas por tornados.
  41. Grandes cantidades de personas, aprisionadas entre fronteras que no podían cruzar y regiones a las que no podían volver, intentaban subsistir en condiciones infrahumanas: o se rebelaban o eran víctimas de ataques por todos lados.
  42. Los diferentes grupos de trabajo, siempre en secreto para no perturbar a poblaciones ni notables, concluyeron todos que no había solución.
  43. Se consolaron con la idea de que el tiempo de resolver las tendencias problemáticas del momento había pasado muchas décadas antes.
  44. Si entonces se hubiera trabajado para disminuir los efectos destructivos de la acción humana, dijeron.
  45. Si entonces se hubiera trabajado por atenuar la desigualdad, cuya preservación (estaba claro ahora) había contribuido tanto a la inestabilidad general.
  46. Si entonces —en los tiempos de los padres y abuelos de quienes hablaban— se hubieran buscado y apoyado con decisión otras fuentes de energía.
  47. Obviamente, los padres y abuelos de quienes discutían nunca hubieran intentado nada semejante. Pero nadie lo mencionó.
  48. Esto sucedió en los años en que la comida empezó a ser menos abundante incluso en las zonas más favorecidas.
  49. El problema ahora era dejar atrás el pasado, dijeron varios, y plantear el problema de otra manera, para encontrar una solución diferente.
  50. Ya no tenía sentido preguntarse si la Tierra podía ser salvada, restaurada a un estado mejor que el que tenía.
  51. Ahora la pregunta debía ser ésta: cómo continuar con el Gran Experimento.
  52. Al formular la pregunta, nadie mencionó explícitamente al Gran Experimento.
  53. Se dijo, más bien, así: cómo preservar la vida de la mayor cantidad de personas posible en las circunstancias angustiosas y lamentables que todos reconocían.
  54. A la hora de seleccionar a qué personas prestar ayuda primero, se tuvieron en consideración todas las restricciones de la política, la vida pública y la estratificación social.
  55. Y también se tuvo en cuenta la opinión de los dueños de las grandes empresas tecnológicas.
  56. Los grandes cerebros que, por tantos años, se habían dedicado a mitigar algunos efectos de la concentración de la riqueza al tiempo que hacían avanzar al mundo y creaban, naturalmente, todavía más riqueza, para ellos mismos y sus accionistas.
  57. La red mundial, que para entonces estaba de cualquier manera extremadamente compartimentada, censurada y vigilada, se cerró de plano para el 90% más pobre de los países del mundo.
  58. De igual forma se suprimió todo contacto y se prohibió todo desplazamiento entre las naciones más afortunadas y las otras.
  59. Eso ocurrió primero.
  60. La intención era cortar las fuentes de información y las posibilidades de movimiento de ese sector menos afortunado de la especie: impedirle anticipar lo que iba a suceder.
  61. Lo que iba a suceder se llamó primero el Éxodo. Después, la Retirada. Finalmente, la agencia de publicidad encargada de la campaña fue sustituida por otra, más cercana a algunos billonarios realmente poderosos.
  62. La segunda agencia lo llamó la Avanzada y lo propuso como un proyecto de la humanidad entera.
  63. Es decir, de aquella porción de la humanidad que supo del plan, que vio los videos y las convocatorias, y a la que se le había mostrado como un gran logro el cierre de las comunicaciones globales, ante la amenaza de los resentidos, los malvados, los salvajes.
  64. El proyecto consistía en abrir nuevas zonas habitables: nada menos que colonizar, ahora que la Tierra se calentaba, las zonas polares.
  65. Los hielos de miles de años se habían fundido. Aquélla sería pronto una zona templada. Había que llegar primero, antes que los demás. Establecer zonas habitacionales, cultivables, para la explotación minera o petrolera.
  66. Se rescataron las historias de los grandes exploradores europeos de siglos anteriores: aquellos que habían muerto en busca del Polo Sur o el Paso del Noroeste. Se habló de heroísmo, de aventura, de esfuerzo y triunfo.
  67. Después, comenzó la guerra de exterminio contra las poblaciones que ya vivían en las zonas polares. Ellas no iban a ser parte de la Avanzada.
  68. En esta guerra, las empresas de armamento más ricas y fieras pudieron poner en acción su arsenal convencional como nunca antes en la Historia.
  69. No hubo una guerra tan grande ni tan veloz contra el resto del mundo: el resto del 90%, porque ya se le mantenía a raya suficientemente bien y se esperaba que la mayor parte muriera sola en la primera década de la Avanzada.
  70. Pero además de ésta, siempre en el fondo de los pensamientos de las mejores personas de la Tierra, estaba el Gran Experimento.
  71. Éste no era un principio realmente articulado ni mucho menos promovido o estudiado. Pero todos ellos lo defendían y era fácil de comprender.
  72. El Gran Experimento era, simplemente, el objetivo de los sistemas políticos y económicos realmente existentes en aquella época del mundo, y de sus predecesores.
  73. El Gran Experimento: maximizar el bienestar y el poder, y al mismo tiempo minimizar el tamaño, de las castas gobernantes.
  74. Numerosas decisiones se tomaron, como siempre, con el objetivo implícito de ayudar al éxito del Gran Experimento.
  75. Por ejemplo, los grandes fabricantes de armamento debían recibir más oportunidades de desarrollar y vender sus productos, lo que significaba usar los que ya tenían.
  76. Así, muchas bombas nucleares fueron utilizadas en zonas que de cualquier manera ya se daban por perdidas. Sobre todo, en aquellas cercanas a los límites de las naciones afortunadas, para amedrentar mediante el horror.
  77. Y muchas formas de armamento menos contaminante, más sutil, fueron desplegadas en zonas más remotas.
  78. Los primeros en llegar a las zonas polares recién limpiadas fueron los trabajadores: millones de cuerpos, ayudados por máquinas, encargados de preparar el terreno, levantar los edificios, construir las nuevas ciudades.
  79. Todos provenían de las castas bajas de sus regiones y eran esclavos: contratados como tales, o bien llevados de las cárceles y otras fuentes de personal para trabajo forzado.
  80. La mayoría no iba a volver ni tenía a dónde hacerlo.
  81. Otros de ellos, más adelante, irían de vuelta hacia las zonas ecuatoriales, cuando ya no hubiese estorbos en ellas y se les pudiera reaprovechar, por ejemplo, para la minería o la explotación de energía solar.
  82. (La energía solar estaba prohibida por razones religiosas en algunos países, así que se hablaba poco de esto último.)
  83. Las primeras avanzadas de colonos, el siguiente nivel en la escala social, llegaron después a las zonas polares, en barcos lentos y atestados, pero llenos de orgullo.
  84. Después llegarían los señores, con sus mujeres, sus mascotas humanas y animales. Sus máquinas y su convicción de que todo aquello era fruto de su esfuerzo, de su carácter excepcional y victorioso.
  85. En las zonas abandonadas, los nuevos desiertos en la parte central del mundo, pasaron muchas cosas que no quedaron documentadas en la Historia, que a partir de entonces fue la de los beneficiados por el Gran Experimento.
  86. Por ejemplo, en muchas de las regiones que antes habían sido Estados nacionales, el despoblamiento iba tan despacio que permitió la formación de nuevas naciones.
  87. Todas tuvieron su origen en la fragmentación de aquellos Estados, debida al caos, la pobreza y el odio entre las tribus que se disputaban cada región, y que en algunos casos se remontaban al tiempo de la red verdaderamente mundial.
  88. En estos lugares, a espaldas de la Avanzada, rechazados por el Gran Experimento, tuvo lugar otro distinto: la aparición de muchas pequeñas naciones, feudos diminutos, todos diferentes entre sí, todos inusitados. Flores de invernadero, de colores extraños.
  89. Una nación basada en el odio de la medicina. Una nación de hablantes de una lengua suprimida por siglos. Una nación en la que una antigua banda criminal, acostumbrada a la depredación, tuvo que aprender a sobrevivir sin nadie más alrededor.
  90. Una nación empeñada en permitir todas las formas posibles de la identidad.
  91. Una nación presidida por mujeres.
  92. Una nación compuesta exclusivamente por hombres, basada en el desprecio de las mujeres y convencida de que la divinidad le permitiría reproducirse sobrenaturalmente.
  93. (No sucedió, y al darse cuenta de que no sucedería, todos sus pobladores optaron por el suicidio colectivo.)
  94. La mayoría de estas naciones estaba totalmente aislada de las otras, enfrentada con ellas por enemistades cuyo origen ya se estaba olvidando, incomunicada y en declive.
  95. Se iba quedando sin recursos, sin energía, sin conocimiento para controlar la tecnología de su siglo ni piezas de recambio para mantenerla funcionando.
  96. Sus pobladores se contaban leyendas: de cómo había sido el mundo en otros tiempos, de sus orígenes mágicos.
  97. Hasta hoy, algunas de esas historias hablan de la lluvia que caía en otras épocas, de las plantas verdes, de las poblaciones enormes en ciudades iluminadas, como campos de estrellas en el suelo.
  98. Ésas son las que menos se creen, las que más parecen fantasías irresponsables y absurdas, en las ruinas a oscuras que podrían ser el resultado final del Gran Experimento: la acumulación de todo para nadie.
  99. Porque, además, en las ciudades del extremo sur y del extremo norte, tan brillantes que han acabado con las auroras, hay desperfectos en la maquinaria, y el aire se sigue calentando, y el viento se ha vuelto un poquito radiactivo, y las aguas se contaminan al paso de los barcos.
  100. Y los líderes dicen en las pantallas que no es cierto, y que la vida siempre ha sido igual —igual de buena— allá, en la parte mejor del mejor mundo posible.

Cleon Peterson, de la serie Blood and Soil, 2018

Cleon Peterson, Three Soldiers, 2016

Cleon Peterson, de la serie Blood and Soil, 2018

Cleon Peterson, de la serie Blood and Soil, 2018

Imagen de portada: Cleon Peterson, The Marchers, 2016