Superar el Estado, ¿un límite de nuestra imaginación política?

EZLN / dossier / Diciembre de 2023

Márgara Millán

¿El Estado-nación de la modernidad capitalista llegó para quedarse?, ¿es posible trascender el capitalismo y su colonialidad sin transformar radicalmente el Estado?, ¿podemos imaginar otras formas de autogobernarnos? He aquí una serie de preguntas con las que el movimiento zapatista nos invita a reflexionar. A partir de ellas, plantearé una serie de provocaciones:

Gran OM & Kloer, *Autonomía*, 2015. Cortesía de Casa del Lago UNAMGran OM & Kloer, Autonomía, 2015. Cortesía de Casa del Lago UNAM

En las montañas del sureste mexicano, en las coordenadas longitud 91 grados y latitud 16 grados del supermercado mundial, una rebelión con sangre mayoritariamente indígena ha desafiado el desencanto presente poniendo un pie en el pasado y otro en el futuro. Los sabios del Poder se han atropellado para proponer camisas y etiquetas: “Son milenaristas, marxoides anacrónicos, escombros redivivos del muro de Berlín, fundamentalistas ansiosos de volver atrás el reloj de la historia, ignorantes del progreso, comprensible rezago en la campaña permanente de eliminación de excluidos”. Pero las camisas se rompen y las etiquetas no satisfacen. Los “pensadores” se preguntan: “¿Quiénes son estos indígenas que no venden ni compran nada? ¿A quién preocupan? ¿Por qué molestarse siquiera en eliminarlos? ¿No se encargará de borrarlos la hermosa máquina del Poder que se llama Progreso? ¿Qué hacen estos aborígenes en la superautopista de la informática hablando de dignidad? ¿Qué es eso de ‘dignidad’? ¿En qué índice de valores se cotiza? ¿Cuál es su balanza comercial? ¿Por qué tanto escándalo en el extranjero? ¿Qué ven en esta minúscula revuelta los australianos, japoneses, norteamericanos, argentinos, ingleses, africanos, italianos, ecuatorianos, franceses, chilenos, palestinos, españoles, israelíes, canadienses, suecos, peruanos, alemanes, dominicanos, vascos, kurdos, daneses, brasileños, holandeses, griegos, colombianos, irlandeses, catalanes, venezolanos, escoceses, guatemaltecos, tailandeses y hasta los mexicanos? ¿Qué es eso de ‘la Internacional de la esperanza’? ¿Cuántos aviones de combate, barcos militares, tanques de guerra, cabezas nucleares tiene? ¿Qué mercados financieros domina? ¿Quién los manda? Y, lo más importante, ¿cuánto cuestan?” La rebelión zapatista es una incómoda molestia en el vertiginoso camino de la modernidad que convierte a cada gobierno en un gerente de piso, cada riqueza nacional en una mercancía en el estante de las bolsas de valores, cada dignidad en una oferta de mercancía fuera de temporada y cada historia en un fascículo coleccionable e inútil. Es necesario construir una nueva cultura política. Esta nueva cultura política puede surgir de una nueva forma de ver el Poder. No se trata de tomar el Poder, sino de revolucionar su relación con quienes lo ejercen y con quienes lo padecen. El zapatismo no es una nueva ideología política o un refrito de viejas ideologías. El zapatismo no es, no existe. Solo sirve, como sirven los puentes, para cruzar de un lado a otro. Por tanto, en el zapatismo caben todos, todos los que quieran cruzar de uno a otro lado. Cada quien tiene su uno y otro lado. No hay recetas, líneas, estrategias, tácticas, leyes, reglamentos o consignas universales. Solo hay un anhelo: construir un mundo mejor, es decir, nuevo. En resumen: el zapatismo no es de nadie y, por lo tanto, es de todos.6


Derriban la estatua de Diego de Mazariegos en San Cristóbal de las Casas, 1992. Archivo General Histórico del Estado de ChiapasDerriban la estatua de Diego de Mazariegos en San Cristóbal de las Casas, 1992. Archivo General Histórico del Estado de Chiapas

Hacia una confederación de naciones autónomas

  1. Reconocer que México no es una sola nación, sino un Estado en el que existen, oprimidas, muchas naciones.
  2. Aspirar, en consecuencia, a crear una confederación de comunidades autónomas capaces de gestionar la vida en común sin la intervención de las instituciones estatales.
  3. Empezar por desarticular los discursos y prácticas nacionalistas que pretenden hacernos creer que México es una nación única e indivisible.
  4. Fortalecer los espacios autogestivos que las comunidades indígenas han creado a lo largo de su historia.
  5. Declarar la existencia de territorios indígenas autónomos en los que el Estado no pueda concesionar proyectos extractivos que atenten contra la calidad de vida de las personas.
  6. Respetar los mecanismos de gobierno y de administración de recursos económicos de las comunidades indígenas.
  7. Reconocer la existencia de múltiples formas de entender la justicia, el castigo y la reparación del daño.
  8. Promover la organización comunitaria como una vía efectiva para las labores de seguridad y vigilancia locales.
  9. Gestionar los servicios de salud de manera comunitaria, impulsando un diálogo intercultural entre la medicina occidental y los elementos de la medicina propia de cada pueblo indígena.
  10. Reconocer el derecho de cada comunidad indígena a gestionar la educación básica y a asociarse con otras comunidades para gestionar la educación superior.11

PH Joel, *Moneda nacional*, 2016. Galería MuyPH Joel, Moneda nacional, 2016. Galería Muy

​ Después de todos estos hechos y provocaciones, ¿es pertinente en la actualidad el Estado-nación? De cara a la sexta extinción, la crisis civilizatoria, la destrucción que provoca modelo de “desarrollo” capitalista, la violencia contra las mujeres, la migración masiva, la racialización de los cuerpos, la militarización, el ambiente guerrerista, encontramos en las experiencias referidas un ejercicio constante de naciones sin Estado. Este ejercicio parece dialogar con otras experiencias distantes en la geografía territorial, pero cercanas en la geografía de las resistencias y las emociones.

Imagen de portada: Derriban la estatua de Diego de Mazariegos en San Cristóbal de las Casas, 1992. Archivo General Histórico del Estado de Chiapas

  1. Bolívar Echeverría, La modernidad de lo barroco, Ediciones Era, México, 1998; ¿Qué es la modernidad?, UNAM, México, 2009. 

  2. Bolívar Echeverría, “La nación posnacional”, en Vuelta de siglo, Ediciones Era, México, 2006, pp. 143-154. 

  3. Jan de Vos, “Cuatro caminos. Una experiencia reciente de los indios de Chiapas”, Este País, julio de 1999, núm. 100. 

  4. Susan Buck-Morss, “Theorizing Today: The Post-Soviet Condition”, Log, núm. 11, invierno de 2008, pp. 23-31. 

  5. Luis Villoro, Los grandes momentos del indigenismo en México, El Colegio Nacional, México, 1950. 

  6. “Invitación al Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo”, EZLN, México, mayo de 1996. Disponible aquí

  7. Francisco López Bárcenas, “Los Acuerdos de San Andrés, proceso constituyente y reconstitución de los pueblos indígenas”, El Cotidiano, marzo-abril de 2016, núm. 196, pp. 87-94. Disponible aquí

  8. “¿Qué es el CNI?”, Congreso Nacional Indígena, Oventic, enero de 2017. Disponible aquí

  9. “El cine imposible” fue un festival zapatista cinematográfico, cuya primera edición se llevó a cabo en el Caracol de Oventic en 2018 

  10. “Los pueblos indígenas no somos la raíz de México”, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa, 2 de septiembre de 2019. Disponible aquí

  11. Yásnaya Elena Aguilar Gil, “Nosotros sin México: naciones indígenas y autonomía” en Humberto Beck y Rafael Lemus (eds.), El futuro es hoy, Biblioteca Nueva, Madrid, 2018.