El jardín que Enrique López Llamas le pintó a su padre

Enfermedad / dossier / Abril de 2024

Baby Solís

Durante los últimos tres años, Enrique López Llamas (Aguascalientes, 1993) ha trabajado utilizando antidepresivos, ansiolíticos y antipsicóticos. Yo no sabía nada de mi padre hasta que decidí pintarle un jardín fue la primera serie en la que empleó estos medicamentos pulverizados y mezclados con pigmentos. En ella reinterpretó las reproducciones de obras de arte que se encontraban en la clínica donde su padre fue internado tras un intento de suicidio.

​ En la obra de López Llamas se entretejen tres historias: la artística, la de la psicofarmacología y la familiar. La nota de suicidio borrada —clara alusión al dibujo de De Kooning que Robert Rauschenberg borró en 1953— es el gesto plástico con el que comienza este cuerpo de producción.

​ En La maldita primavera el artista recorta elementos relacionados con las enfermedades mentales presentes en cuadros canónicos: Saturno devorando a su hijo, la liebre de Enrique Guzmán, los pies del viejo angustiado de Van Gogh. Un cuervo empolla los ojos de su padre, tiene como referencia la pintura Cuervos encapuchados (1891) del pintor sueco Bruno Liljefors. Pero este valerse de la historia del arte no tiene afanes revisionistas, sino que es una forma de conversación.

Painting and Pharma es una serie que especula sobre la industria psicofarmacológica y el arte moderno estadounidense. El auge de la pintura de campos de color se dio al mismo tiempo que la creación de medicamentos como el Prozac o el Rivotril: ¿existirá alguna relación entre el diseño gráfico usado en sus empaques y las obras de artistas como Mark Rothko o Josef Albers?

​ Si observamos las obras más recientes, advertimos que existe un tipo de cierre respecto a los temas que abordó de 2020 a 2023; como si hubiera finalizado esa etapa en su producción y también en su vida. No son piezas que se sientan obligadas a hablar en nombre de una colectividad, más bien parecen realizadas para entender mejor el trastorno de su padre y en el camino comprenderse a sí mismo. Aún así, López Llamas creó una impactante reflexión sobre la enfermedad mental contemporánea.

Enrique López Llamas, *Nota suicida de mi padre borrada*, 2020Enrique López Llamas, Nota suicida de mi padre borrada, 2020

Enrique López Llamas, *Yo no sabía nada de mi padre hasta que (padre e hijo)*, 2021Enrique López Llamas, Yo no sabía nada de mi padre hasta que (padre e hijo), 2021

Enrique López Llamas, *La maldita primavera (Edvard Munch)*, 2023Enrique López Llamas, La maldita primavera (Edvard Munch), 2023

Enrique López Llamas, *Prozac–Kenneth Noland,* 2022Enrique López Llamas, Prozac–Kenneth Noland, 2022

Enrique López Llamas, *Rivotril–Josef Albers*, 2022Enrique López Llamas, Rivotril–Josef Albers, 2022

Enrique López Llamas, *Thorazine-Mark Rothko*, 2022Enrique López Llamas, Thorazine-Mark Rothko, 2022

Enrique López Llamas, *Transición fundido a blanco*, 2021. Vista de la instalación en el Museo de Arte Carrillo GilEnrique López Llamas, Transición fundido a blanco, 2021. Vista de la instalación en el Museo de Arte Carrillo Gil

Enrique López Llamas, *Un cuervo empolla los ojos de su padre*, 2021. Vista de la instalación en Proyecto Caimán, GuadalajaraEnrique López Llamas, Un cuervo empolla los ojos de su padre, 2021. Vista de la instalación en Proyecto Caimán, Guadalajara

Todas las imágenes son cortesía de Galería LLANO.