Editorial

Tabús / editorial / Junio de 2018

Guadalupe Nettel

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Lo prohibido fascina. En las ganas inconfesables, pero constantes, de explorar lo ignominioso, lo execrable, de transgredir las leyes de la moral, ya sea de manera física o a través del lenguaje, reside el núcleo de nuestras neurosis. En Totem y tabú Sigmund Freud describe al ser humano como constantemente dividido entre el deseo y la prohibición, y asegura que detrás de cada prohibición se esconde un deseo. La palabra tabú proviene de las islas polinesias, y significa “lo prohibido por sagrado”. Los habitantes de esas islas pensaban que algunos conceptos, vocablos y objetos sagrados eran tan peligrosos que nadie, excepto los jefes con un rango suficientemente alto para gestionar las fuerzas tanáticas que las protegían, podía enunciarlos o tocarlos. Eran los jefes quienes decretaban qué estaba cerrado (tapu) y qué abierto y permisivo (noa), y si alguien osaba infringir este decreto, debía asumir consecuencias muy funestas, generalmente la pérdida de su propia vida. Desde el comienzo de las civilizaciones, la religión y el Estado han tratado de reprimir las ideas más revolucionarias, sobre todo las que amenazan su propia supervivencia. Personajes tan brillantes como Juana de Arco, Giordano Bruno o Solzhenitsyn fueron quemados en la hoguera, fusilados o recluidos en campos de concentración por retar las convenciones de su tiempo. En nuestra sociedad, laica y democrática, sigue habiendo tabús, temas incómodos, de los que evitamos hablar. ¿De dónde viene esta censura?, ¿de la moral imperante?, ¿de la cultura?, ¿de nosotros mismos? Y si es así, ¿en aras de qué nos censuramos? Para esta edición, diversos miembros de nuestro consejo editorial nos propusieron abordar cuestiones que en México no suelen enunciarse. Entre los temas que salieron a la luz aparecieron la raza, las clases sociales, el poliamor, el aborto, la homosexualidad, el abuso hacia las empleadas del hogar, el erotismo y los excrementos. Resulta curioso que, aunque algunos de estos temas están reglamentados por nuestros códigos civiles y penales, a la gente le siga siendo difícil hablar de ellos. Julio Serrano Echeverría, escritor guatemalteco, pone sobre la mesa un asunto que durante muchos años fue silenciado en su país: el genocidio contra la población indígena ixil. Este ensayo evoca otras matanzas más cercanas, las de nuestros propios pueblos originarios, de las cuales los mexicanos no hablamos jamás. En un texto dedicado a los tabús en la ciencia, Maia F. Miret habla de la clonación de humanos y de su cruza con otros animales como el chimpancé. ¿Qué tabús se esconden detrás de otros tabús?, se pregunta con razón Juan Cárdenas, autor del ensayo “Un vacío sin horizonte”, sobre las clases sociales. Se trata en efecto de una puesta en abismo: detrás de cada tabú hay ciertamente un deseo, pero también un temor y un aferramiento al statu quo, a un orden establecido que en ocasiones sospechamos injusto pero por alguna razón nos conviene mantener. ¿Cuáles son, lector, los temas que te causan rechazo, al punto que preferirías que nadie los abordara? ¿Por qué? Con los textos que aquí te presentamos, la Revista de la Universidad de México te invita a descubrir tus reacciones.

Imagen de portada: Sigmund Freud por Max Halbertstadt, 1909 (detalle).